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Beato de Liébana no es el monje plano que algunos historiadores nos presentan, y al que hacen pasar a la Historia como una pieza ocasional, utilizada hábilmente por Carlomagno y su Corte para sus propios fines.
El “Semanario pintoresco español” (1836-1857) fue una de las publicaciones periódicas más importantes e influyentes de la convulsa España romántica, azotada ella por innumerables problemas de orden político, social y económico.