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Una tradición viva, presente en todo el Arco Atlántico europeo. Tejos centenarios que arraigan en los lugares más significativos de nuestra geografía. En plazas, iglesias y ermitas, en los cementerios, junto a casonas y palacios. Verdaderos santuarios que fueron testigos de los acontecimientos más señalados de la...
Los pueblos cantábricos conocen al roble bajo una infinidad de nombres diferentes, propios de cada idioma e incluso de cada comarca; y, sin embargo, comparten unas mismas viejas costumbres y tradiciones alrededor de estos árboles que continúan siendo emblema y lugar central de la gente y el territorio que habita.
La especie humana ha conservado el hilo umbilical que la unía al árbol y al bosque hasta tiempos muy recientes. La relación íntima con la tierra nos proporcionaba unas raíces de naturaleza vital, racional y espiritual, y existía una clara conciencia de nuestra dependencia absoluta del mundo al que pertenecemos.
Una tradición viva, presente en todo el Arco Atlántico europeo. Tejos centenarios que arraigan en los lugares más significativos de nuestra geografía. En plazas, iglesias y ermitas, en los cementerios, junto a casonas y palacios.